18 nov 2009

ENVOLVIENDO OBJETOS




A la hora de buscar una envoltura para estos objetos tan irregulares, he preferido escoger el camino de pensar desde el punto de vista artístico. He querido experimentar manualmente con los objetos y los materiales que los cubren, dando vía libre a la imaginación, pero con una base clara en el LandArt.


"El Caballero abatido": Es curioso cómo una miniatura así puede llegar a cambiar, y empezar a tener cierto interés. Después de haberme empapado bien de ejemplos de artistas del LandArt como Christo y Jeanne-Claude, empecé a idear una envoltura que pudiera valer para este objeto. Empecé a experimentar con seda de la India y me fui dando cuenta de que si conseguía que la seda se pegara lo máximo posible al caballero, conseguiría representar a un caballero prisionero, dispuesto para llevar a la horca. El problema fue que la seda era demasiado fina y la lanza conseguía perforarla. Por ello, utilicé una tela de algodón apretada por hilos blancos, colocados con la intención de que se reconociera de que debajo de ese manto, seguía habiendo un caballero abatido. La idea de la tela como suelo generaba unas formas muy interesantes, que me inspiraron para recrear la escena de que un caballero en sus últimos momentos no cabalga en su caballo, sino que flota por el manto que además lo envuelve.

"La paradoja del Violín": Pensé en la música y me acordé de John Cage. De analizar sus bellas y peculiares partituras surgió la idea de crear una paradoja. Esta vez el violín no iriá envuelto en su estuche, sino que sería empapelado por partituras de la categoría de Cage. La idea se fundamenta también en que el papel es a la madera, como la goma es a la cuerda. Cada partitura está amoldada al violín según su dibujo y lo que expresa cada una. Era difícil sujetar las partituras con la forma del violín por sí solas, por lo que ahí es donde entran en juego las gomas elásticas, que sirven para rigidizar el conjunto. La obra se completa con 2 partituras importantes de Cage, en la que incluyo la partitura de 4,33’, y el propio nombre.

Las cosas bellas no están siempre en lo espectacular, lo magno y lo caro.

13 nov 2009

2 OBJETOS















Caballeros Bretonianos: Estas miniaturas multicomponente de plástico y metal precisan de montaje y pintado. Llevan una capa base de imprimación de color blanco proyectada por spray. Están pintadas por una pintura acrílica, no tóxica, especialmente diseñada para este tipo de miniaturas. Están fabricadas con gran detalle y cuidado, y pintadas de un modo minucioso. Todo esto hace que el conjunto cobre una belleza que nos recuerda al pasado, y así poder imaginar a toda una hueste de caballeros a la carga.
Violín: Este instrumento de cuerda frotada se podría definir tan sencillamente como una caja de madera hueca. Aún así, su interés se percibe cuando se estimula la caja de resonancia al frotar las cuerdas. Se produce ese tan bello sonido para el que sabe escucharlo. Estas cuerdas antiguamente de tripa, hoy tambíen son metálicas, sintéticas, de acero o de plata. Van sujetas por clavijas, situadas en el final del mango. La dificultad de domesticar este instrumento se justifica por la ausencia de trastes, por eso se dice que es uno de los más difíciles de aprender.

12 nov 2009

EJERCICIO CORTO - JUEVES 12/11/09

Comenzaré por el objeto que más ilusión me hizo. Mi padre me regaló un diario que relataba mi vida desde el día en que vine a este mundo. Al cumplir los 18 años lo recibí con la tarea de seguir describiendo mi vida, y así lo hago todas las semanas con las mismas ganas que cuando hice la primera línea.

Sin duda, una de las cosas más satisfactorias en esta vida es el deporte, por lo que no he querido prescindir de mi balón de waterpolo. Este me acompaña desde que tenía 14 años, que fue cuando entré en las filas del C.N. EASO. Él y yo somos grandes amigos.
Cada uno de nosotros tiene una vena “friki”, y en mi caso, soy un aficionado de la historia, la geografía y todo lo relacionado con la estrategia. Este caballero del grial bretoniano es una figura de Warhammer que pinté con 15 años. Sigo dedicando parte de mi tiempo a los juegos de estrategia, porque además de disfrutar con ellos, creo que se trabaja mucho la mente.

Hay muchas maneras de reaccionar a la hora de recibir un regalo, y estoy convencido que la del momento no es la que uno desearía. Este cuadro fue un regalo de un gran amigo que sabía lo que regalaba y a quién se lo regalaba, ya que “The Fallingwater” es la casa donde yo viviría.

Y por último… el objeto más especial para mí. El que me acompaña todas las tardes y las noches de los viernes, el que me desconecta de la realidad, el que me hace sentir la música, el que me relaja… Y todo gracias a mi madre, que consiguió convencerme para que lo estudiara cuando tenía 8 años. Y no es más que una caja de madera hueca… pero es mi Violín.